Este artículo pretende desvelar que la supuesta simplicidad de las bacterias es tan solo aparente, puesto que su complejidad no se manifiesta en forma de variedad morfológica, sino a través de una amplia diversidad de estrategias metabólicas. Las bacterias proliferan en ambientes cuyas condiciones físico-químicas y fuentes de energía evidencian una llamativa variabilidad. También se pretende desechar la idea de que son organismos primitivos, afirmación que no tiene sentido si atendemos a su facilidad para intercambiar información genética y su notable capacidad de adaptación. Debido a su número, diversidad y actividad, el bacterioplancton constituye una pieza fundamental del entramado biológico oceánico.
Quizá la mayor importancia de la biomasa bacterioplanctónica estriba en su diversidad genética, metabólica y fisiológica. El plancton bacteriano cumple múltiples funciones biológicas (desarrolla una función fundamental en la mayoría de los ciclos biogeoquímicos, regulan la cantidad de DMS que se libera a la atmósfera, los océanos fijan la mayoría del CO2 que contribuiría al efecto invernadero…). Además, tiene gran capacidad para proliferar a bajas temperaturas, salinidades elevadas y escasez de nutrientes. Quizá por su adaptación a hábitats oligotróficos, estos microorganismos no crecen en medios artificiales de laboratorio, lo que explica la dificultad de su investigación.
Anteriormente se empleaban para su estudio técnicas basadas en el análisis molecular del gen de ARN ribosómico 16S (presente en todos los organismos). A partir de esa secuencia se podía establecer una comparación evolutiva. Hablamos entonces de una descripción molecular de comunidades bacterioplanctónicas basada en la extracción del ADN, que se amplifica, se clona y se secuencian los genes que sirven como relojes moleculares.
Sin embargo, en los últimos siete años, la descripción de los componentes del bacterioplancton, de su fisiología y de su metabolismo, ha sufrido una revolución debido al desarrollo de las técnicas de secuenciación metagenómica. La secuenciación metagenómica se basa en la extracción de todo el ADN de muestras ambientales, sin ningún tipo de paso intermedio. Una vez purificado se secuencian al azar un gran número de fragmentos que incluirán todos los genes de todos los microorganismos presentes en la muestra. El análisis de esas secuencias arroja luz sobre la extraordinaria diversidad de proteínas y funciones metabólicas del bacterioplancton.
Con todo, en la última década en general, se han estudiado algunos microorganismos en su ambiente natural (in situ), con técnicas de manipulación de ácidos nucleicos. Los resultados sugieren la existencia de un universo de microorganismos todavía por conocer. La aplicación de nuevas técnicas de estudio (uso de isótopos, de sustancias inhibidoras de determinadas actividades de los ciclos de los elementos, medidas in situ de la actividad de ciertas enzimas y del flujo de los elementos, bioensayos, medición de la expresión génica, etc) ha ayudado a entender un poco más la función ecológica del bacterioplancton oceánico.
Fuentes:
GASOL, J.M. ;GONZÁLEZ, J.M & PEDRÓS-ALIÓ, C (diciembre 2008) Plancton bacteriano en los océanos. Investigación y ciencia. (pág 76 - pág.83)
Paula Macía Moreno