viernes, 10 de diciembre de 2010

Insertan códigos de identificación en embriones de ratones.

El equipo de investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona y del CSIC desarrollaró un nuevo sistema para identificar ovocitos y embriones en ratones. Este sistema consiste en incorporar a los embriones códigos de silicio. La ventaja de este sistema es que se reducen notablemente los riesgos de error en la fecundación in vitro y en la trasferencia de embriones a pacientes.

Estos códigos de silicio se insertan por microinyección en el espacio previtelino (entre el embrión y la zona pelúcida) de los embriones de ratón, los cuales se liberan de su código en el momento que abandonan la zona pelúcida.

Actualmente están trabajando para mejorar el sistema, concretamente están estudiando la forma de modificar la cubierta de los códigos para que se puedan adherir a la parte externa de la zona pelúcida y así ahorrar el proceso de microinyección , además de mejorar el sistema de separación entre el embrión y su código correspondiente, con el fin de poder utilizar este sistema en embriones y ovocitos humanos.

Cristina Gómez Valencia.

Novo, S., Barrios, L., Santaló, J., Gómez-Martínez, R., Duch, M., Esteve, J., Plaza, J.A., Nogués, C., Ibáñez, E. A novel embryo identification system by direct tagging using silicon-based barcodes. Human Reproduction. doi:10.1093/humrep/deq309

http://www.csic.es/web/guest/noticias-y-multimedia?p_p_id=contentviewerservice_WAR_alfresco_packportlet&p_p_lifecycle=1&p_p_state=maximized&p_p_mode=view&_contentviewerservice_WAR_alfresco_packportlet_struts_action=%2Fcontentviewer%2Fview&_contentviewerservice_WAR_alfresco_packportlet_nodeRef=workspace%3A%2F%2FSpacesStore%2F298f09f2-f7c6-4464-9699-298cc2ee4ec5&_contentviewerservice_WAR_alfresco_packportlet_gsa_index=false&_contentviewerservice_WAR_alfresco_packportlet_title=noticias&contentType=news

Crean un sistema celular capaz de tomar decisiones

Un grupo de investigadores de la UPF (Barcelona) han creado un sistema celular vivo capaz de interpretar y tomar decisiones complejas según patrones previamente determinados y programados, como respuesta a señales recibidas.

El sistema celular está formado por combinaciones de células modificadas genéticamente.
Las células colaboran entre sí, lo que les permite tomar decisiones mucho más complejas que si lo hicieran de forma individual. Además, estas células se pueden combinar de múltiples formas, lo que aporta una gran plasticidad al sistema.

Aunque es sólo el principio, estos sistemas tienen un potencial enorme para su uso en aplicaciones biomédicas e industriales.

Maria Murgarella Ciuraneta

Notícia: El Periódico

Fuente original: Regot S, Macia J, et al (2010). Distributed biological computation with multicellular engineered networks. Nature. doi:10.1038/nature09679

jueves, 9 de diciembre de 2010

Diagnóstico prenatal si anmiocenetesis

Una muestra de sangre de la madre es suficiente para llevar a cabo las pruebas prenatales del feto sin necesidad de extraer líquido amniótico.
En 1997 se descubrio la presencia de ADN fetal flotando en el plasma de la madre, se utilizaba este ADN fetal para detectar algunos desordenes genéticos y cromosomáticos del feto. Pero gracias a un estudio llevado a cabo( y publicado en SCIENCE TRANSLATIONAL MEDICINE) se acaba de de demostrar que todo el genoma del feto se encuentra en este ADN flotante. Por lo que se puede obtener todo el ADN del feto a partir de una muestra de sangre de la progenitora. Comprobando si existen anormalidades sin realizar la anmiocentesis

Fuente ABC.ES:http://www.abc.es/20101208/sociedad/diagnostico-prenatal-amniocentesis-201012081805.html

Damián Pereira Pazos

lunes, 6 de diciembre de 2010

Cromosomas parásitos:

El éxito evolutivo de organismos complejos reside en la agrupación de genes en genomas que proporcionan a los mismos genes una eficacia biológica mayor que la individual, es decir, esta agrupación refuerza la capacidad de resistencia frente al ataque de cualquier parásito (parásitos también como elementos simples del tipo virus o transposones). De este modo, el genoma puede considerarse un fenómeno de mutualismo, resultante de la cooperación entre genes que obran juntos para construir organismos con capacidad de afrontar cambios ambientales y transmitir esos genes a generaciones posteriores. Para este buen funcionamiento del genoma éste se atiene a un conjunto de leyes que garantizan el trato igualitario entre los genes que lo componen (leyes como la de la segregación mendeliana o la meiosis).

Sin embargo, existen genes que violan las leyes de la herencia de diversas formas, y por lo tanto, cuando un genoma es atacado por alguno de estos elementos egoístas, se genera un conflicto genético entre “mutualistas” y “parásitos”, que inician una guerra tal y como predice la Hipótesis de la Reina Roja. Esta hipótesis evolutiva, que surge a raíz de la imagen del personaje de ficción de Lewis Carroll (la Reina Roja que llevaba en volandas a Alicia y no paraba de correr para permanecer en el mismo sitio), nos indica que en ambientes cambiantes, como el que definen parásito y hospedador, la carrera evolutiva no puede detenerse.

Los parásitos genómicos violan las leyes de la herencia de diversas formas, y podemos decir que mayormente lo que provocan es que su herencia sea mayor que la del resto de los elementos del genoma. En el caso de los cromosomas B (cromosomas enteros) se las arreglan para transmitirse en mayor medida que el resto de los cromosomas, aprovechándose de las vulnerabilidades de los sistemas generados por los cromosomas mutualistas.

Los cromosomas B (supernumerarios o accesorios) corresponden a cromosomas dispensables, adicionales a los del complemento normal (cromosomas A), que no recombinan con éstos y que muestran modos de herencia irregulares y no mendelianos.

La relevancia biológica de los cromosomas B era poco más que una simple anécdota hasta que G. Östergren los consideró, en 1945, parásitos del genoma A; asignando por primera vez un comportamiento egoísta a un elemento genómico, anticipándose más de 30 años a las Hipótesis del Gen Egoísta de Richard Dawkins.

Los efectos de los cromosomas B son en su mayoría efectos deletéreos que afectan a la eficacia biológica del portador, y los mecanismos que facilitan su acumulación en la línea germinal guardan semejanza con el comportamiento de otros tipos de parásitos. La ventaja obtenida por los cromosomas B durante su transmisión suele denominarse “mecanismo de acumulación” o “impulso meiótico” cuando tiene lugar durante la meiosis (si se produce antes o después del a meiosis es “impulso” solamente).

La frecuencia de los cromosomas B en una población depende de varios factores: tasa de acumulación, magnitud de los efectos deletéreos sobre los portadores, deriva genética, número de generaciones transcurridas desde la llegada del cromosoma B a la población y facilidad de intercambio migratorio entre poblaciones. La frecuencia puede mantenerse estable a lo largo del tiempo merced a la aplicación opuesta de mecanismos direccionales (selección fenotípica y acumulación) o variar si la población ha sufrido recientemente la invasión de cromosomas B.

El origen más lógico de los cromosomas B se halla en el propio genoma A. La aneuploidía en forma de cromosomas A extra constituye una de las fuentes principales de cromosomas B. Los cromosomas B suelen pasar inadvertidos cuando se hallan en un número limitado, en cambio, si abundan resultan muy deletéreos y reducir la viabilidad, la fertilidad o ambas. Sin embargo, cabe esperar que como los cromosomas B no despliegan un comportamiento meiótico regular, la deriva genética no pueda fijarlos en la población y sólo pueda eliminarlos.

La resistencia del genoma del hospedador a la invasión por los cromosomas parásitos se asocia a su capacidad para amortiguar los efectos deletéreos. La estrategia obvia estribaría en eliminar los cromosomas B.

Puesto que los cromosomas parásitos tienen una vida larga, no sería descabellado pensar que podrían desarrollar alguna propiedad beneficiosa para el genoma del hospedador y convertirse en mutualistas. Por lo tanto, otro destino potencial de los cromosomas B es su integración en el genoma del hospedador, para convertirse en una pareja más de cromosomas.


Fuente:

Cabrero J. y Camacho J. P. M. (julio 2009) Cromosomas parásitos. Investigación y ciencia. (pág. 40 – pág. 48)


Paula Macía Moreno