Uno de los grandes retos de la ingeniería de tejidos es conseguir que el tejido sintetizado artificialmente interactúe con los tejidos junto a los cuales va a ser implantado. Gracias a esto se consigue una interacción gradual: un paso de hueso duro a tejido blando (como tendones o ligamentos); con esto se observa que el nivel de integración en el tejido es mayor y que el hueso puede soportar cargas mayores.
Dentro de las aplicaciones de este avance cabe destacar su posible empleo en operaciones quirúrgicas del ligamento cruzado anterior, en las cuales la cirugía clásica encontraba dificultades a la hora de unir el tejido óseo al ligamento.
El equipo de investigadores ya ha demostrado que pueden implantar in vivo y mantenerlo durante varias semanas en el lugar deseado. Ahora deben de evaluar el nivel de estrés que pueden soportar este tipo de tejidos (tensión, carga, etc...).
Luis Martínez Darriba
Fuente: Georgia tech.
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