sábado, 21 de noviembre de 2009

Descritas algunas claves moleculares de la regeneración de órganos

Ciertos organismos como las lagartijas, los gusanos, las salamandras y otros animales son capaces de regenerar partes de su cuerpo cuando las pierden. Tras observar el proceso y describirlo superficialmente, ahora gracias al trabajo de científicos del Instituto Salk (California, Estados Unidos) se sabe qué mecanismos moleculares intervienen y también se puede experimentar en otros animales que carecen de esta habilidad para intentar que la tengan.
Uno de los animales que puede regenerar los miembros amputados es el pez cebra, que siete días después de perder la cola luce una nueva exactamente igual que la anterior. El pez cebra fue el protagonista de los experimentos del grupo de Juan Carlos Izpisúa, que además de trabajar en los laboratorios californianos dirige el Centro de Medicina Regenerativa de Barcelona (CMRB).
Las conclusiones de sus experimentos se pueden resumir en una idea: el proceso de regeneración es similar al desarrollo embrionario. Es decir, las células a partir de las cuales se forma el nuevo órgano experimentan un proceso de 'desdiferenciación' en el cual se reactivan los genes que en su momento dirigieron la diferenciación durante el desarrollo embrionario. Éstos tienen una serie de de marcas epigenéticas cuya combinación apropiada determina que el gen esté activo o inactivo.
En el pez cebra: Tras la amputación de la cola, en la herida que queda aparece un pequeño cúmulo de células (blastema) que modifican de nuevo dichas marcas y, por tanto, los genes que les permiten dar origen al nuevo miembro se 'encienden'. Una vez reconstruido, estos genes se vuelven a silenciar.
Una de las incógnitas que hay que desvelar es qué señales causadas por la amputación del miembro son las que desencadenan ese proceso de 'desdiferenciación' celular. Sin embargo hay una cosa que está muy clara, la inflamación está ligada a la regeneración. Cómo responde nuestro sistema inmune a la agresión puede ser la clave ya que en el caso de los animales capaces de generar miembros nuevos, tienen un proceso inflamatorio distinto al de los mamíferos ya que no acaba en fibrosis.
Esta hipótesis está reforzada por fenómenos como el observado en los roedores. Un ejemplo es lo que ocurre cuando se le corta un miembro a un embrión de ratón de dos semanas, cuando aún no tiene desarrollado el sistema inmune, en ese caso, es capaz de regenerarlo.
La regeneración endógena podría ser una alternativa a la utilización de células madre. Pese a a las virtudes de las células madre, éstas siempre conllevarán más problemas que introducir en el cuerpo algo extraño, como las células pluripotentes, que puede dar lugar a alteraciones como el cáncer. En cambio, la regeneración endógena sería mucho mejor, más precisa y segura según las declaraciones del investigador.
Esta vuelta a un estadio primitivo que experimentan las células del blastema es parecida a la que sufren las células cancerígenas. La diferencia es que la 'desdiferenciación' que vemos en el pez cebra tiene un fin y por eso no se origina un cáncer".
No se sabe mucho acerca de por qué algunas células adultas, cuando pierden diferenciación, se vuelven cancerígenas. Esto es lo que sucede con las iPS(células reprogramadas a un estado inmaduro como el de las madre embrionarias). Izpisúa apuesta porque el intercambio de información de las células con el microambiente en el que están es determinante para que el proceso de desdiferenciación sea satisfactorio.

http://www.elmundo.es/elmundosalud/2009/11/02/biociencia/1257191501.html

Duarte Liz Touza

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