domingo, 13 de diciembre de 2009

Nuevas tácticas contra bacterias resistentes

Existen bacterias que desarrollan resistencia contra los antibióticos a una velocidad alarmante ello trae consigo un grave problema: inexistencia de un tratamiento eficaz contra la nueva cepa resistente, ya que su síntesis requiere tiempo. Un ejemplo es la cepa bacteriana Staphylococcus aureus.
S. aureus se volvió resistente a la penicilina en 1959, en consecuencia, pasó a ser tratada con meticilina (un derivado de la penicilina). Pero tan solo un año más tarde estas mismas adquirieron resistencia contra la meticilina (SARM). Ambas resistencias en una misma cepa bacteria proporcionaba una gran ventaja competitiva respecto a las demás. Pero por entonces aún existía un antibiótico capaz de detenerla, la vancomicina, el más eficaz de los antibióticos.
Sin embargo, este antibiótico, hasta entonces conocido como ‘antibiótico de último recurso’ le llega su fin con la aparición de cepas resistentes a vancomicina (SAVR). Estos se originan de cepas SARM que adquieren 5 genes que viajan en bloque volviéndolo resistente a vancomicina.
Las bacterias para evitar su muerte utilizan 3 estrategias:

  • Mediante una variación génica favorable fruto de la selección, remplazan las dianas presentes en su pared evitando la unión del antibiótico. Ésta fue la estrategia implicada en la adquisición de la resistencia a vancomicina (SAVR) por parte de las cepas SARM.
  • Ataque al antibiótico, los nuevos genes codifican para enzimas que altera el antibiótico produciéndole ineficiencia. Ejemplo: Escherichia coli
  • Expulsión del fármaco mediante bombas presentes en la membrana bacteriana excretando el antibiótico. Ejemplo: Pseudomonas aeruginosa
Pero dichas estrategias se adquieren por mutaciones aleatorias en el genoma; por transferencia horizontal desde el organismo productor inicial a través de plásmidos…Por lo tanto, la aparición de resistencia en las bacterias es un hecho inevitable. Y en consecuencia, la búsqueda de nuevos métodos es necesaria para combatir estos microorganismos. Tradicionalmente, los antibióticos se obtenían de los organismos productores naturales extraídos del suelo, hoy día, se recurre a la modificación de los ya existentes pero consiguiendo una eficacia a corto plazo. Por lo tanto, es de mayor interés el descubrimiento de nuevos antibióticos que la modificación de estos.
De este modo, los investigadores extienden su abanico de exploración a ecosistemas más insólitos en busca de nuevos antibióticos, y su sorpresa fue encontrarse con hallazgos como los siguientes:
  • Actinomicete productor de un nuevo antibiótico, la abisomicina, a 289m de profundidad en el mar de Japón.
  • La secuenciación del genoma de actinomices marinos revela la existencia de genes correspondientes a antibióticos y moléculas relacionadas.
  • Descubrimiento de microorganimos mutualistas que inutilizan o matan patógenos con la consiguiente ventaja de prevenir la colonización indeseada y potenciando la mutualista. Como ejemplo tenemos varias especies de escarabajos que poseen una microbiota natural capaz de sintetizar antibióticos contra los patógenos.
  • Descubrimiento de hongos productores de fármacos anticancerosos que viven en plantas (que no sintetizadas por las plantas, como antes se creía).
  • Desarrollo con éxito de fármacos de espectro estrecho, diseñados para atacar los patógenos responsables de la infección y sus afines o inhibiendo su virulencia evitando de este modo la aparición de resistencia ya que solo ataca las dianas para los cuales es capaz de identificar.
Tal vez llegara el fin de los antibioticos tradicinales, pero no por ello la carrera contra las bacterias resistentes, porque el desarrollo de nuevas terapias nos permitirá ir un paso por delante.

Xueying Wang Chen

Investigación y Ciencia. Septiembre 2009. Páginas 22-29

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