Peter Duesberg y su equipo de investigadores intenta desentrañarnos todas las teorías que hasta hace poco se creían y que algunos investigadores siguen creyendo sobre el origen del cáncer, basándose en resultados de varios experimentos.
Las células cancerosas violan las leyes de la naturaleza sobre la estabilidad de los cariotipos. Son aneuploides y por ello aumentan el contenido de ADN el doble que una célula normal, este gran tamaño produce desestabilización en la célula y en sus mecanismos reguladores. Esta inestabilidad le proporciona a la célula, libertad para desarrollar nuevos fenotipos, nuevas rutas metabólicas y velocidades de crecimiento, al contrario que las células normales que están destinadas a desarrollar unos rasgos determinados.
Aunque ignorados en gran parte, muchos resultados de diferentes experimentos respaldan la importancia de la aneuploidia en la génesis y progresión del cáncer. De hecho los médicos utilizan hoy el grado de anueploidia para determinar el potencial cancerigeno de células anormales obtenidas en distintos tejidos.
Peter Duesberg y su equipo recopilaron y analizaron las características de la carciogénesis y vieron que el cáncer aumenta con la edad, y que los carcinógenos provoquen o no mutaciones en los genes inducen a la aneuploidia. A esta teoría le da todavía más fiabilidad el hecho de que se observan patrones de aneuploidia en distintos tumores por eso llegan a la conclusión de que la aneuploidia no es un efecto secundario del cáncer sino un detonante.
El problema inabordable que hoy por hoy se encuentran los investigadores, es la gran diversidad de fenotipos de las células cancerosas, ya que al poco de administrar un nuevo agente antitumoral empiezan a crecer variantes resistentes al fármaco.
Fuente: Investigación y Ciencia, Julio 2007
Tamara Sotelo Pérez
miércoles, 10 de octubre de 2007
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