Las rosas azules simbolizan tradicionalmente el misterio o la consecución de lo imposible. Se creía que eran capaces de otorgar a quien las poseyera la juventud, o que concedían deseos.
Las han conseguido crear la compañía australiana Florigene y la japonesa Suntory, con la técnica del RNAi. Este avance podría suponer un auténtico negocio y un nuevo producto que podría introducirse en el mercado rápidamente. Las rosas carecen del gen que produce la definidina, el pigmento primario que produce el auténtico color azul en las plantas, las rosas azules se creaban tradicionalmente tiñendo rosas blancas. Se ha tratado de conseguir las así llamadas “rosas azules” mediante el cultivo con métodos de hibridación convencionales, pero los resultados deben describirse más bien como rosas de color lila. Sin embargo, ahora se ha logrado el color azul. Para lograrla se clonó el gen de la delfinidina a partir de una petunia y se le insertó a una rosa color malva, llamada Rosa gallica. No obstante, como el pigmento cianidina estaba aún presente, la rosa que se obtuvo no tenía un color verdaderamente azul sino más bien burdeos oscuro. Posteriores trabajos, empleando tecnología de interferencia por ARN, para deprimir la producción de cianidina, produjeron una planta malva muy oscura, con solo pequeñas trazas de cianidina.
LUCÍA MARTÍNEZ DOPAZO
FUENTE:www.maikelnai.es; Nova Ciencia.com
Las han conseguido crear la compañía australiana Florigene y la japonesa Suntory, con la técnica del RNAi. Este avance podría suponer un auténtico negocio y un nuevo producto que podría introducirse en el mercado rápidamente. Las rosas carecen del gen que produce la definidina, el pigmento primario que produce el auténtico color azul en las plantas, las rosas azules se creaban tradicionalmente tiñendo rosas blancas. Se ha tratado de conseguir las así llamadas “rosas azules” mediante el cultivo con métodos de hibridación convencionales, pero los resultados deben describirse más bien como rosas de color lila. Sin embargo, ahora se ha logrado el color azul. Para lograrla se clonó el gen de la delfinidina a partir de una petunia y se le insertó a una rosa color malva, llamada Rosa gallica. No obstante, como el pigmento cianidina estaba aún presente, la rosa que se obtuvo no tenía un color verdaderamente azul sino más bien burdeos oscuro. Posteriores trabajos, empleando tecnología de interferencia por ARN, para deprimir la producción de cianidina, produjeron una planta malva muy oscura, con solo pequeñas trazas de cianidina.
LUCÍA MARTÍNEZ DOPAZO
FUENTE:www.maikelnai.es; Nova Ciencia.com
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