jueves, 14 de enero de 2010

Fumando bacterias

Los microorganismos contenidos en el tabaco pueden ser inhalados vivos junto con el humo y alojarse en los pulmones.

Los estudios realizados acerca de los efectos del tabaco sobre la salud se han centrado, sobre todo, en las sustancias químicas contenidas en el humo. Resulta sorprendente que de él se hayan aislado más de 3.000 sustancias diferentes, muchas de ellas con efectos muy perjudiciales para la vida de las células y para su integridad genética. De no poseer las células la capacidad de reparar su ADN dañado, como sucede normalmente hasta que el tabaco acaba por dañar al propio mecanismo de reparación, el tabaco nos mataría de cáncer mucho antes.

Los científicos estudiaron las bacterias contenidas en cigarrillos de cuatro marcas comerciales y los encontraron poblados por más de 700 especies diferentes de bacterias, muchas de las cuales son conocidos agentes causantes de enfermedad. Antes de que el calor pueda acabar con ellas, la aspiración del humo arrastra con él a las bacterias contenidas en la parte del cigarrillo aún no quemada y permite que alcancen los pulmones.

La superficie de las hojas del tabaco ya contiene bacterias, aunque en menor cantidad que el tabaco elaborado. Durante el proceso de elaboración de cigarrillos, las hojas del tabaco fermentan en condiciones que permiten un denso crecimiento bacteriano, lo cual incrementa su contenido en bacterias. Se sabe que muchos microorganismos son capaces de producir infecciones agudas, pero son también agentes que contribuyen al desarrollo de enfermedades inflamatorias crónicas, e incluso pueden contribuir al desarrollo de algunos tipos de cánceres.

http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Fumando/bacterias/elpepusoccie/20100111elpepusoc_10/Tes

Guillermo Pousada Fernández.

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