El equipo de Joan Massagué en el Instituto Médico Howard Hughes del Memorial Sloan-Kettering Cancer Center en Nueva York (Estados Unidos) descubrió que la actividad de dos moléculas de ARN (los microARN miR-335 y miR-126) presentes en células tumorales de cánceres malignos de mama impide que éstos se extiendan a huesos y pulmones.
El miR-126 reduce la proliferación y el crecimiento del volumen del tumor de mama y el miR-335 suprime la metástasis y la migración a otros tejidos de las células cancerígenas que pueden llevar a la muerte del paciente.
El funcionamiento normal del miR-335 reduce en las células cancerígenas la producción del factor de transcripción celular SOX4, una sustancia que promueve el desarrollo y movimiento de los descendientes de las células madre que originan el tumor, así como del componente de la matriz extracelular Tenascina C, una proteína que las células depositan en su entorno y que les sirve para invadir tejido circundante.En ausencia del miR-335 y del miR-206, la célula produce demasiada cantidad de estas sustancias, lo que ayuda a su movilidad y a la invasión de los tejidos.
Esta investigación podría abrir la puerta al desarrollo de futuros tratamientos que evitaran la metástasis del cáncer de mama, bien a través de técnicas para introducir los microARN en tumores donde faltan o bien desarrollando fármacos contra los genes cuya actividad aumenta para promover la metástasis cuando estos microARN faltan.
Noemia Caramés Morante
Fuente: www.lavanguardia.es
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