Un grupo de científicos australianos descubrió cómo activar y desactivar el hambre a través de una molécula que dirige el cerebro, en un descubrimiento que podría frenar la pérdida de peso de los enfermos terminales o incluso permitir que los obesos adelgacen. La molécula en la que se basó la investigación es la MIC-1, que es producida por los cánceres comunes, y apunta a los receptores del cerebro que activan y desactivan el apetito. Pero tal y como se demostró experimentalmente, usando anticuerpos contra la MIC-1 se logra reactivar el hambre. En el estudio, se trató con MIC-1 a ratones obesos y de peso normal, éstos comieron menos y perdieron mucho peso, lo que sugiere que la molécula podría usarse para tratar la obesidad grave; además de esto, también se podría utilizar en sentido contrario para evitar la pérdida de peso excesiva en pacientes con cánceres avanzados. Los resultados de la MIC-1 fueron publicados en la última edición de la revista Nature Medicine y el equipo de investigadores espera desarrollar un anticuerpo humano y realizar ensayos clínicos en los próximos años. Fuente: Reuters Alba Cid Formoso |
viernes, 9 de noviembre de 2007
Científicos australianos descubren el "interruptor" del hambre
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