Científicos estadounidenses prolongan la expectativa de vida de un tipo de levadura mediante una combinación de dieta hipocalórica y la eliminación de dos genes.
Gracias a una combinación de cambios genéticos y dietéticos, biólogos de la Universidad de Southern California (Estados Unidos) han logrado multiplicar por diez la expectativa de vida de un organismo, la levadura de panadero, sin efectos secundarios relevantes.
Se trata de un interesante avance que acerca a la ciencia la posibilidad de controlar mejor la supervivencia y la salud de la unidad básica de los seres vivos: la célula, tal como publicarán próximamente en "PLoS Genetics". Un estudio relacionado con éste, en el que se muestra que los mismos cambios genéticos en la levadura revierten el curso de un síndrome de envejecimiento acelerado.
El grupo de investigación de Valter Longo sometió la levadura a una dieta hipocalórica y eliminó dos genes llamados RAS2 y SCH9, que promueven el envejecimiento en este organismo y el cáncer en el ser humano. Con esos cambios lograron extender la longevidad de la levadura en diez veces, el máximo conseguido nunca en un organismo. La levadura normal vive una semana y lograron que sobrevivieran durante diez semanas. En el año 2005 el mismo equipo publicó en "Cell" haber logrado quintuplicar la longevidad de esta levadura.
Para Anna McCormick, responsable de genética y biología celular del Instituto Nacional del Envejecimiento (NIA) de Estados Unidos, los resultados son muy interesantes, ya que este instituto financia investigaciones como éste con la esperanza de que poder aumentar la esperanza de vida del ser humano mediante el desarrollo de fármacos que imiten los procedimientos de prolongación de la vida que emplean el equipo del Dr. Longo y otros.
Este investigador tratará de evaluar cómo estos cambios utilizados en la levadura afectan a la longevidad de ratones, al tiempo que investiga una población de Ecuador que presenta mutaciones análogas a las descritas en la levadura, aunque puntualiza que tales mutaciones se suelen asociar a déficits de crecimiento y otros problemas de salud.
Tania Vila Vila
Journal of Cell Biology 2008 180: 67-81
martes, 15 de enero de 2008
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