viernes, 24 de diciembre de 2010

Los “stent” ya no son para siempre.

Durante este mes y por primera vez se ha implantado en España, de forma experimental, un dispositivo vascular biorreabsorbible para abrir las arterias de dos pacientes con enfermedades coronarias en el Hospital Clínico de Madrid. Se trata de un nuevo mecanismo que ayuda a desobstruir las arterias. Habitualmente, se realiza una angioplastia, una intervención que consiste en implantarles un stent, es decir, una especie de malla metálica que permite abrir las arterias ocluidas para que vuelva a circular correctamente la sangre hacia el corazón. Estos stent son metálicos y quedan en el cuerpo para siempre, aún cuando ya no son necesarios. Por el contrario, los nuevos dispositivos consisten en una malla de un polímero que se degrada poco a poco con el tiempo por acción de enzimas endógenas que lo metabolizan. Además al ser biodegradables cumplen su función de soporte de la pared arterial durante un par de meses, pero luego dejan vía libre por si hay que volver a actuar en la zona. La degradación de este stent biodegradable empieza a notarse a los dos meses, pasado este tiempo, las arterias volverán a dilatarse y encogerse según las necesidades, como si fuera un vaso sano. A los seis o siete meses, la mayoría habrá desaparecido, aunque hay algunas trazas que quedan todavía al año.

Este nuevo mecanismo presenta una serie de ventajas. La primera es que la pared del vaso queda libre, por lo que es más natural y segregará algunas hormonas. La segunda es que si el paciente sufre aterosclerosis se podría tratar mediante la colocación de otro stent en la zona. Además, al contrario que los anteriores dispositivos metálicos, permite la realización de un by-pass en la zona. Por último, reduce el tiempo durante el cual el paciente tiene que tomar anticoagulantes lo que reduce el riesgo de hemorragias.

Fuentes: http://www.elmundo.es
http://www.elpais.com

Aitana Costas Gil

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