jueves, 18 de octubre de 2007

LA SALMONELLA PARA ATACAR EL CÁNCER

Investigadores de la Universidad Pablo de Olavide, del CISC, de la empresa andaluza Biomedal y del Centro de Investigación para Enfermedades Infecciosas de Alemania, han demostrado que una variante atenuada de la bacteria Salmonella, construida mediante ingeniería genética, tiene un gran potencial en la terapia contra el cáncer, es capaz de fabricar una sustancia de interés en presencia del principio activo de la aspirina (salicilato). En especial, lo han estudiado en terapia antitumoral.
Así pues, para comprobar el efecto de la variante atenuada de Salmonella, los expertos han utilizado el ratón como animal modelo. La bacteria, una vez alojada en las células cancerígenas del ratón y al suministrarles una determinada dosis de salicilato, es capaz de fabricar un producto de interés en el interior de las células tumorales que las destruye. Además, se ha demostrado que incluso esta bacteria coloniza preferentemente las células tumorales y no los tejidos sanos.
Cuando los investigadores administraron al ratón, junto con la bacteria modificada, aspirina y un compuesto totalmente inocuo (5-fluorocitosina), la bacteria Salmonella modificada tuvo la capacidad de convertir este último en un potente anticancerígeno (5-fluorouracilo) que se emplea, por ejemplo, en quimioterapia del cáncer de colon.

La nueva estrategia tiene varias ventajas potenciales con respecto a la terapia convencional. Por un lado, la ‘medicina’ se proporciona de forma selectiva a las células cancerosas y, por tanto, tiene mucho menos efecto secundario sobre tejidos sanos. Asimismo, se pueden fabricar en el interior agentes terapéuticos (por ejemplo, proteínas tóxicas) que no pueden utilizarse convencionalmente desde el exterior porque no podrían llegar hasta el interior de las células tumorales.

Por último, es importante señalar que el estudio sólo demuestra el potencial que el método tiene en la terapia contra el cáncer, y que la viabilidad de su uso en clínica es otro tipo de trabajo que se tiene que desarrollar posteriormente.

El estudio ha sido publicado en la revista Nature Methods.

www.andalucíainvestiga.com

Tamara Rayo Fernández.

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