El equipo de James Wells, del Cincinnati Children's Hospital Medical Center, presentó ayer en Nature su logro: ha conseguido por primera vez obtener un órgano completo in vitro: se trata de un intestino que reproduce todas las complejidades del intestino normal: la cara interna del tubo aparece plegada en villi, presenta criptas y contiene todos los tipos celulares, como enterocitos y las células cáliz y de Paneth. El parecido no solo es morfológico, sino que se extiende a los marcadores moleculares.
Este intestino, sin embargo, no se puede trasplantar, puesto que las células madre iniciales no pertenecen a ningún paciente.
Aunque los trasplantes basados en esta técnica no son inminentes, estos tejidos y órganos servirán para estudiar en detalle tanto el proceso de desarrollo como su funcionalidad y, si las células se derivan de un enfermo, los mecanismos exactos que conducen a esa enfermedad.
Maria Murgarella Ciuraneta
Fuente: El País
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