viernes, 9 de diciembre de 2011

Aunque la uva se vista de seda, uva se queda.




Aplicaciones de las sondas genéticas:

Investigadores del servicio agrícola de Estados Unidos han dado a conocer numerosos análisis sobre la genética de la uva, por medio de marcadores genéticos trabajan y estudian la información nuclear, concluyendo que no existe un gran numero de variedades de este cultivo respecto a otros, esta falta de variedad génica tiene una repercusión negativa sobre las uvas haciéndolas vulnerables frente a numerosos factores externos.

Como ya hemos analizado esta carencia de diversidad genética, propicia la aparición de multitud de clones, en apariencia externa ,distintos, pero al fin y al cabo con la misma información genética. Pese a esto su genoma ya es conocido y goza de gran potencial para desarrollar variedades modificadas a nuestra voluntad.

Un útil para esta hazaña de modificación y estudio, es la utilización de sondas genéticas, con las que se examinan los patrones de variación de ADN, en concreto, polimorfismos de nucleotidos, los cuales son puntos específicos heterogéneos a lo largo de todo el individuo, con la propiedad de poder desarrollar un gráfico en el que se observe el parentesco genético entre los distintos tipos de uva.

El trabajo del servicio agrícola de Estados Unidos, fue íntimamente apoyado por la fundación Genoma España bajo el nombre de Grapegen de donde se sacaron en limpio datos tan significativos como el genoma de la uva.

Este es el articulo completo de donde sale esta reflexión:
se publicó en la revista Proceedings of the National Academy of Sciencies.

El texto en castellano lo obtuve de la siguiente página:

Por ; Francisco Touza Soage.

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