El estudio partió de un poxvirus, debido a su “largo genoma”. Esta característica supuso un punto muy importante en la investigación pues hacía posible la inserción de varios genes en dicho genoma, de modo que se podrían crear antígenos y moléculas que estimulen la respuesta inmune en las células tumorales.
La mayoría de los pacientes sometidos a este estudio sufrían un avanzado estado de la enfermedad, de hecho, la mayoría ya había recibido hasta 3 tratamientos de quimioterapia.
Los resultados en ambos tipos de cáncer supusieron un aumento en varios meses de la supervivencia de los pacientes y aunque esto no supone una cura definitiva, resulta alentador para todas aquellas personas que lo padezcan. (www.elmundo.com)
Lorena Gomez Dominguez.
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