jueves, 5 de enero de 2012


Un equipo de bioingenieros de la Universidad de San Diego, en Estados Unidos, han creado una fuente de luz de neón cuyo brillo se debe a bacteria E.coli. La investigación -cuyos resultados se publicaron en la revista Nature, consistía en añadir una proteína fluorescente a los relojes biológicos de las bacterias, sincronizando así los ciclos de las miles de bacterias de una colonia, y luego coordinado cientos de colonias para que brillen o se apaguen al unísono.
"Las colonias se comunican con señales de gas (que al ser compartido produce un especie de chip de microfluidos), pero las bacterias lo hacen a través de la autoinducción", aclaró por su parte Jeff Hasty, director del equipo de investigación.
Figura: modelos de chip de microfluidos(bacterias se agrupan en unidades de luz llamadas biopíxeles)
Otra aplicación sería el empleo como bioindicador (sensor bacterial), capaz de detectar niveles elevados de arsénico ya que al detectar esta sustancia, la frecuencia de las oscilaciones de luz disminuye, ya que estos organismos son muy sensibles a la presencia de contaminantes en el medio ambiente.
Christelle Tajes Portas
BBC Mundo Tecnología

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