Hace tiempo que se conocen los numerosos efectos beneficiosos que sobre el organismo ejercen las bacterias de la microbiota gastrointestinal. Por ello, continúan diseñándose nuevas cepas que permitan potenciar esas acciones (“probióticos”). El último probiótico en aparecer es una variedad de Lactobacillus paracasei (L. paracasei NFBC 338, o Lb338).
Esta nueva cepa es una bacteria recombinante que contiene el gen que codifica para la enzima CLA isomerasa, procedente de otra bacteria, Propionibacterium acnes. Esta enzima cataliza la conversión del ácido linoleico a una forma derivada, el cis-9, trans-11 ácido linoleico conjugado (CLA), que se ha relacionado con la disminución de la proporción de grasa corporal e incluso con la inhibición del crecimiento de células tumorales de colon. Al administrar esta cepa recombinante a la dieta de ratones, se observó como en ellos cambiaba la composición de lípidos de hígado y tejido adiposo, haciendo que acumularan t10, c12 CLA, gracias a la enzima CLA isomerasa aportada por Lb338.
Es este el primer estudio que demuestra que la aplicación oral directa de una cepa bacteriana genéticamente modificada, produce un cambio en la composición de ácidos grasos en tejidos del hospedador.
Artículo original: Rosberg-Cody, E. et al. (2010) Recombinant lactobacilli expressing linoleic acid isomerase can modulate the fatty acid composition of host adipose tissue in mice. Microbiology (on line). DOI:10.1099/mic.0.043406-0.
http://mic.sgmjournals.org/cgi/rapidpdf/mic.0.043406-0v1.pdf
María Álvarez Satta
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