El profesor
Post de la universidad de Holanda está a la cabeza del proyecto (iniciado a
comienzos de este año) para producir carne en el laboratorio partiendo de células
madre y diferenciándolas hasta células musculares. Esto no es nuevo pues
proyectos similares ya se financiaron para ser llevados a cabo, como por ejemplo
en el año 2002 donde la NASA apostó con una fuerte contribución para que el profesor
Benjaminson creara filetes en el laboratorio para alimentar a los astronautas
en largos viajes espaciales.
Una de
las ventajas que presenta este proyecto es que se minimizaría las emisiones del
CO2 que conlleva la cría de ganado la cual se corresponde con un 18% del total de
las emisiones (más que la del transporte), además que se prevé que la demanda
sea mayor debido al aumento constante de la población humana.
Una de
las desventajas es que ya hay una gran dificultad en el control de la
diferenciación de células madres en humanos y ratones, cuanto más en el control de la diferenciación de células madre de cerdos y vacas que resulta una
utopía hoy en día. Para solucionar este problema el profesor Post está
trabajando con células satélite (células madre musculares empleadas por el organismo
de forma natural para reparar tejido dañado) las cuales tienen la ventaja de que solo se diferencian a células
musculares y que, además, se agrupan a
medida que se van dividiendo en fibras musculares.
Por ahora,
el profesor Post ha conseguido crear tiras de células musculares de un par de centímetros
de longitud pero solo de unos pocos milímetros de grosor (no pueden ser más
gruesas porque no hay forma de aportar nutrientes y oxígeno a las células del
centro). En esto se centrarán los estudios posteriores.
Borja
Lagoa Costa
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